Dando vueltas

Se sorprendió al verse levantado, no es que fuese muy pesado, pero el que lo levantasen le parecía agradable. Además, así no tenía que andar. Se le agarró el cuello con miedo a caerse y miró con sus ojos grandes y despiertos alrededor. Le había parecido escuchar un ruido.

-¿Qué ha sido eso?-preguntó con curiosidad.

También había oído algo, algo muy sutil, como si se escondiera. Se llevó un dedo a los labios en señal de silencio y se acerco a un muro de una de las ruinas para tener la espalda cubierta y poder ver lo que tenia delante. Nada se movía por ahora y no tenía mucho con lo que defenderse aparte de su propio cuerpo. Se agachó para alcanzar su bota con Yuma aún en brazos y sacó una pequeña daga, no sabia si iba a servir de mucho pero algo era algo.

Se subió a la espalda de Straz justo cuando este se agachaba y con una agilidad magistral se subió al muro de un salto. Se quedó mirando a su alrededor mientras mantenía el equilibrio sobre él y a lo lejos vio un pañuelo o algo rojo en la arena.
-¡Mira, mira! ¡Allí!-sonrió de oreja a oreja señalando el lugar.

Volvió a saltar a hacia Straz y se acomodó en sus hombros.

Le tapó la boca con la mano que tenia libre y siseo para que se callara. Se asomó al muro para ver lo que había señalado, algo rojo.

-¿Que es eso?- Bajo a Yuma al suelo y le puso una mano en la cabeza.- Quédate aquí por favor.

Cuchillo en mano dio la vuelta al muro y se acercó con lentitud a la cosa roja, que no parecía muy amenazante la verdad, pero eso era según lo que fuera.

A pesar de que le dijese que se quedase le siguió desde muy cerca, andando encorbado y con el ceño fruncido.

Esa cosa roja parecía no moverse y ahora que estaban mas cerca escuchaba un leve piar.

Dio dos zancadas y llegó al donde estaba la cosa, no sin antes lanzarle una mirada de reproche a su nuevo dueño y extendiendo el brazo para parar su avance en cuanto le alcanzara.
Pues era un pájaro y además parecía completamente inofensivo.

-Eso es un suzaku ¿no?

Se agarró al brazo que le extendía el otro y miró a dónde señalaba.
-¡Waaah!-saltó por encima de su brazo y corrió hacia el pajarito. Lo tomó en brazos y lo acunó mientras se ponía de rodillas en la arena-¿Dónde están tus papis?-le dijo inocentemente al pequeño mirando a su alrededor, no tardó en descubrir a los padres más lejos de él, muertos. Seguramente atacados por algún depredador.

Se quedó pálido al ver la escena.

Al ver la escena y la cara de Yuma pasó sobre él poniendo su cuerpo delante de los suzakus muertos para que dejara de mirarlos, se agachó y abrió los brazos por si prefería que le llevara.

- Vámonos.

Pensó que seria mejor dejar el pájaro pequeño, si era muy joven iba a morirse igual, pero no era el momento.

Agarró al pajarito y se subió a los brazos de Straz intentando no mirar hacia su espalda. Apoyó la cabeza en su hombro aun paralizado. ¿Sus padres también habían acabado así? Él era como el suzaku...

-Vamos a casa...-murmuró bajito.

Lo abrazó y lo levantó para ponerse a caminar, hizo lo posible para interponer el máximo de cosas entre Yuma y los pájaros así que dio un pequeño rodeo antes de dirigirse a la cúpula.

- ¿Sabes como vas a llamarlo?- Dijo mirando al pájaro que estaba acurrucado en los brazos de Yuma.

Negó con la cabeza aun en silencio haciendo que el pelito se moviese de un lado a otro. Se agarró a su camiseta temblando. Nunca había llegado a pensar el estado de sus padres tras el supuesto accidente que tuvieron.

-¿Dónde está mi mochila?-tenía la boca seca.

Se paró y miró a su alrededor para ver si la localizaba, debía de haberla dejado junto al muro antes de ver al pájaro, si salía corriendo podría llegar hasta ella en poco tiempo, miró a Yuma para preguntarle.

- ¿Voy a buscarla? – Noto como su cuerpecillo temblaba, le preocupó. - ¿Estas bien?

Levantó la cabeza con una sonrisita.

-Si, estoy bien, puedes dejarme aquí-se soltó de Straz y cayó de culo al suelo, no tenía fuerzas para levantarse-Ve tú.

Se abrazó a la cria de Suzaku y bajó la cabeza.

Le revolvió el pelo y salió corriendo en dirección al muro, encontró la mochila a pocos pasos, cuando estaba a punto de volver miró hacia donde estaban los suzakus muertos, le daba algo de pena dejarlos a la intemperie. Se acercó los cogió uno a uno y los enterró rápidamente entre la arena, algo era algo. Volvió a donde estaba Yuma y le tendió la mochila.

- Toma.

Cogió la mochila con la mano libre y se la colocó. Miró con sus ojitos grandes y sinceros a Straz como agradeciendoselo, aunque seguía sin poder articular palabra.
La cria empezó a piar buscando comida.

-¿Qué le podemos dar de comer?

Acarició el pico del animal, el cual picó sus dedos en busca de comida.

- No lo se. ¿Tienes pan? Alomejor si mojas un poco se lo come.

Tendrían que buscar un sitio donde supieran algo sobre los pájaros para darles consejo, de cuidar animales sabia bastante poco.

Buscó en su mochila, había traido una barrita de cereales, agua y un bocadillo. Le tendió el bocadillo a Straz y el agua despues de beber él un poco.
-Oye, los Cyborg comen, tu no tienes hambre?-le tendió la barrita de cereales con una sonrisa cariñosa.

Cogió la barrita de cereales, partió un pedazo y se la devolvió, la expresión seria le cambió levemente dejando ver una media sonrisa.

- Gracias. No tengo mucha hambre- Luego cogió un pellizco del bocadillo y lo mojó, luego se lo acercó a la cría que se lo tragó rápidamente.- No se que comerá pero porlomenos eso se lo traga.

Sonrió y la cria pió feliz.
-Parece que le gusta-miró a Straz- ¡Deberías sonreir más, eso te hace más guapo! ¿Por cierto, dime en serio, porqué me elegiste a mí? Te prometo que no te voy a abandonar y que no me enfadaré.

Quería llegar al final de todo.

Dirigió la vista hacia la cúpula antes de contestarle y volvió a sonreír ante el comentario.

- Te pareces mucho, muchísimo al primer y único amo que tuve.- Volvió a mirar al pequeño.- Aunque murió hace mucho y no creo que tengas que ver mucho con él. Me sentí mal al seguirte pero ni siquiera me di cuenta, derepente te había convertido en mi nuevo dueño. Un gran fallo por mi parte.

Mojó mas pan y se lo dio al hambriento pájaro para que dejara de piar.

Se le quedó mirando. No sabía como tomar eso.

-¿En personalidad también?-preguntó en voz bajita. Por un lado se sentía un poco raro con la contestación que le había dado, pero por otro se alegraba de que el otro estuviese contento.

Era dificil de explicar lo que sentía, quizás un pensamiento de "¿Solo me quiere porque me parezco a su amo?" Le hacía sentir triste.

Esperó un rato antes de contestarle, dando vueltas a la información que tenia sobre su dueño en la cabeza. Muchos recuerdos llegaron a ella en segundos, algunos más buenos y felices que otros, aunque tampoco estuvo mucho tiempo a su lado.

- No mucho... mas bien en los gestos, tu eres más... alegre. En eso no os parecéis mucho.- Se agachó para poner la mirada a su altura, se estaba sintiendo de manera extraña y estaba incomodo.- Lo siento

Se sentía mal por hacerle eso a Yuma. Se quedó mirando al pájaro y suspiró.

Parpadeó confundido. Intentaba asimilar la información, Straz le hacía sentir un poco mal pero no podía decirselo directamente.
-¿Y te gusta que yo sea alegre?-sonrió de oreja a oreja para tranquilizarlo.

Siguió con la mirada fija en los brazos de Yuma. Sabía perfectamente que esta situación no era cómoda para ninguno de los dos. Además no solo le seguía por esa razón, mejor seria que se explicase.

- Mucho.- Le miró de golpe.- Pero en medio del desierto te veías completamente vulnerable y si yo hubiera sido cualquier bestia no habría dudado mucho en hacerte mi desayuno.

Esa era la otra razón por la que le seguía, tenia que protegerlo, esa fue la primera impresión que le dio el crío.

Bajó la cabeza como si le hubiese echado una reprimenda y puso un puchero. Le miró con el ceño fruncido con una cara que podía matar al más frío.

-Lo siento...-dijo con una vocecilla infantil y levemente ronca, como si fuese a llorar.

Se acercó a Straz y dejó al pajarito junto a ellos, extendió los brazos hacia él para abrazarlo.