Ropa sucia....

La lavadoras modernas, ademas de quitar manchas imposibles secaban y planchaban la ropa automáticamente, eran silenciosas y consumían poca electricidad. En el local sonaba una música tranquilizadora para que los clientes disfrutasen de su espera.

Me encontraba en una lavandería moderna ya que yo no disponía del artilugio para limpiar la ropa. Solía usar la lavandería municipal, era un buen sitio para pasar el rato libre que tenia. Mucha gente venia por aquí. Ya que no costaba casi nada. Pero hoy na había casi nadie.
Llevaba la colada de toda una semana. Suerte que esas están automatizadas porque si no, no supiera como lavar mi propia ropa.

Entré en la labanderia con una bolsa con ropa sucia en una mano. Agradecía al cielo que existieran sitios como ese porque si no William y yo ibamos listos...
Me extrañó que hubiera tan poca gente en la tienda, que solía estar concurrida, pero no le dí importancia. Me acerqué auno de los aparatos vacios y metí al ropa revisando algunos bolsillos de los pantalones antes de meter la ropa en el bombo de la maquina. Cuando tanteé algo duro en los bolsillos me extrañé, y al sacar una pistola me alegré ligeramente. Era la misma que había perdido, aunque aquel no era el mejor lugar para encontrarla... me metí la pistola dentro de la chaqueta con rápidez y seguí guardando la ropa, esperando que no hubieran vito el arma.

Mi ojo observador del medico vio el arma que llevaba aquella persona. Termine de colocar la ropa sucia.
- Saca las granadas también, pueden explotar allí dentro...-dije en broma. Mientras me dirigía hacia un asiento a sentarme esperando a que la maquina hiciese su trabajo.

En cuanto escuché aquello se me enderezó la espalda como un resorte y se em tensaron los musculos de los brazos.
-No llevo granadas.. demasiado peligroso para una ciudad como esta.-Respondí al girarme y ver al hombre sentado tras de mi. No parecía peligroso.. o al menos no parecía tener intención de llevarme ante los agentes de paz.

- Me alegra oír que no formare parte
de unos fuegos artificiales no planeado.- siguió sin darle la menor
importancia al asunto. La chica parecía desconfiada, bueno era
comprensible- Perdona mis modales, soy Yaskier encantado de
conocerte.

Le di a la lavadora para que comenzase a funcionar antes de acercarme a él, no sin cierto recelo, y tendí mi mano para que la estrechase.
-Yo soi Minna Everdeen. Lo mismo digo.

- Minna, hmm...- pensé en toda mi vida había escuchado un nombre así.- No es un nombre típico de Dixor y Rumbelt , verdad? De donde vienes?- me gusta hacer muchas preguntas, puede que sea una costumbre medica que tengo cuando pregunto a los pacientes sobre cualquier tipo de cosa....

No es un nombre típico de Dixor y Rumbelt , verdad? De donde vienes?-
Me guardé un gruñido exasperado. ¿Sería simple curiosidad o me estaría interrogando. Me lo pensé mucho antes de responder finalmente. Le daría un voto de confianza... al menos por el momento.
-Ithia.

El hecho de que la chica era de Ithia le daba una gran posibilidad de ser rebelde y el arma que llevaba aumentaba ese porcentaje. Intuía que la chica no se fiaba de él. Después de un rato de pensar dijo.

-No te preocupes, me llevare tu secreto hasta mi tumba.... Puedes preguntarme lo que quieras.- sonrió de forma muy infantil al terminar la frase.

Le dediqué una corta sonrisa. Parecía algo mayorcito para tener ese ademan infantil pero poco a poco empezaba a darle algo más de confianza.
No te preocupes, me llevare tu secreto hasta mi tumba.... Puedes preguntarme lo que quieras
-Más te vale no decirlo. Por aqui los de Ithia no tenemos muy buena fama.. y.. ?¿tanto se me nota que soy de fuera?
Pregunté extrañada. Sabía que el pelo blaco corto y los ojos rojos, que me hacían parecer albina aunque no lo fuese, no eran la ultima moda en Dixor, pero mi ropa tampoco desentonaba tanto.. ¿no?

Inclino su cabeza de forma que casi reposaba en su hombro derecho y la observo como si fuera un juez en un concurso de moda entonces respondió.
-Mm, notar no se te nota mucho , aparte que eres algo mas guapa que la mayoría de chicas de esta ciudad no veo nada que delate tu identidad.- Volvió a colocar su cabeza en la posición correcta.

Miro por la ventana colocada en la entrada y vio como dos agentes paseaban por la calla como si fuesen reyes y la gente se aparcaba de su camino. Pero un niño con una mochila no llego a apartarse a tiempo y recibió una patada de uno de los vigilantes de la ley...
Mire de nuevo a la chica y dije mientras me levantaba.
-Disculpame ahora vuelvo- salí de la lavandería y me acerque al muchacho que estaba llorando. Le ayude a levantarse desde el suelo y saque un caramelo de mi bolsillo. No era un caramelo normal, su sabor variaba según el paladar de cada uno y producía un efecto tranquilizador. Cuando el chico dejo de llorar y se levanto por si solo. Me despedí de él acariciando su pelo, me dirigí de vuelta al interior del local.

Le miré a los ojos mientras el me examinaba muy profesionalmente, lo cual me hacía un poco de gracia.
-Gracías.-Respondçi amablemente ante su piropo intentando disimular un ligero sonrojo que cubrió mis mejillas. No estaba acostumbrada a que me adulasen ni aunque fuera minimamente.
Al no responderme me fijé que miraba algo por fuera del local y seguí su mirada hacía dos agentes de paz. Cuando vi como le pegaban al niño tuve que morderme el puño para no salir de la lavanderia como alma que lleva el diablo y pegarle dos tiros a cada uno de esos dos hipocritas con uniforme. Tenia los musculos de los brazos y las piernas en tensión, intentando relajarme por todos los medios posibles, a pesar de que eso en mi era dificil.
Me desconcertó cuando Yaskier salió de la lavanderia y le dió un caramelo extraño que yo nunca había visto. Hasta que no sentí el sabor de la sangre en la boca no dejé de morderme los nucillos.
-Hijos de puta...-mascullé.- Tendría que haberlos agujereado a tiros..-susurré de forma que solo Yaskier lo escuchase.

-¡NO SEAS EGOISTA!- grito y la poca gente que estaba en el local empezó a mirarle. Su cara estaba seria y su tono infantil desapareció por completo de su rostro. Se tranquilizo y se sentó en el sitio de antes. Le dijo en tono de voz baja.
- Si los hubieses matado que pasaría con el niño, seguiría llorando, verdad? Deja de pensar en alimentar y satisfacer tu propio odio. Quitate la venda de los ojos y mira a los que te necesitan de verdad.

Miré el suelo, impasible, apretando ambos puños. ¿Quien me necesitaba en aquel mundo? ¿William? William podría defenderse solo, no me necesitava. o único que veia en mi mente era a mi y mi mellizo con diez años, William llorando y yo en silencio ante dos tumbas. Solos. Nadie se habría dignado a ayudar a dos huerfanos. Simplemente habrían dejado que nos murieramos de hambre. Y mientras mi hermano caía en una depresión yo tenía que sacarnos los dos adelante.
-No creo que en este mundo me necesite nadie. Y si no dejé que el destino me matase entonces fué para vengar a mis padres, y los mataron gente como esos agentes de paz. ¿Porque se merecen seguir viviendo? Si soy egoista no me importa. Gente como esos no se merecen vivir...
Dije con amargura, sin poder evitar que se viese el profundo odio que profanaba a aquel maldito gobierno y todos los que servían a el.

-No seas infantil, sí tantas ganas tienes de dejar de vivir suicidare pero no involucres a los demás.- dijo en un tono frió.- Hasta aquel agente tendría una familia que le quiere y que lloraría en su tumba prometiendo venganza a su asesino. No se te vuelva a ocurrir una idea así. - no estaba totalmente consciente de lo que decía pero no me gustan las personas incapaces de ver la suerte que han tenido al nacer en este mundo cruel pero a la vez tan bonito.

-No voy a suicidarme despues de luchar tanto por sobrevivir.-Exclamé enfurecida. La verdad esque si esperaba qu eno se me ocurriese algo así más veces Yaskier podía quedarse sentado esperando a que yo mejorase. Sabía perfectamente que jamas dejaria de sentir aquel odio. Porque el odio me inundaba las venas cada vez que veia un Agente de Paz, y no podía avitar apretar un arma o los puños. Porque vivia con un constante miedo a ser descubierta y a que me matasen. Porque llevaba 10 años sobreviviendo en aquel mundo. Y porque el sentimiento rebelde inundaba mi pecho y me obsececaba. Nada podría conseguir que aquel odio se marchase nunca. Para mi, aquellos que habían destruido mi mundo merecían ser destruidos también. No lo considerab ajusto, ni honesto. Pero el gobienro tampoco lo era con las ciudades pobres ,así que, ¿que importaba?

Se alegro de algún modo al oír aquellas palabras. Pero sabia perfectamente que no aprovechar la vida era como un suicido lento e imparable. Con solo mirar a aquella chica podía saber sus emociones, eran muy profundos y le daban miedo...
- Dime no puedes elegir otro camino?- añadió otra pregunta enseguida.- Que pasara cuando cumplas tu deseada venganza?Perdona, igual me meto donde no me llaman - me disculpe por mi falta de respeto.

Levanté la mano y la agité ligeramente, como quitandole importancia al asunto. No me importaba hablar de ello, aunque Yaskier fuera un completo desconocido.
-Nunca veré mi venganza cumplida.. y seguramente muera por esta causa. Pero al menos con mi muerte conseguiré que un futuro la gente viva en bajo un gobierno más justo. Sé que suena a excusa barata pero es lo que siento.
Lo que en realidad quería esque nadie, jamas, sufriera tanto como yo. No quería ver a niños huerfanos en la calle, muertos de habre o frio, desfalleciendo y teniendo que luchar por sobrevivir en un mundo donde los peces grandes se comian a los pequeños.. o los niños eran unos peces muy pequeñitos..

Dio un largo suspiro. Parece que la chica es muy cabezota y por mucho que intente nada cambiara. Ya casi rendido dije.
- Un futuro cultivado en una tierra manchada por un cauce de sangre... Verdad? - dije melancólicamente.- “Recordad a los muertos! Pero luchad por los vivos!" ... El día que comprendas esta frase ven a buscarme.- Le dio la dirección de su apartamento, su ropa ya estaba lista para coger, pero aquella conversación le entretenía demasiado para fijarse en detalles como el tiempo.

-El fin justifica los medios-Mascullé sabiendo que esa frase era muy dura en las circunstancias en las que estaba el mundo. Mucha gente había muerto ya, y eso no justificaría ningun tipo de fin, pero me aferraba a algo así.
Escuché el timbre que emitía la lavadora cuando había temirnado con la ropa. Tomé la dirección que me dió y la leí un par de veces.
-¿Y si no la comprendo nunca?

No sabia porque pero le guardaba ciertas confianzas en ella.
- Es la frase del general de la “antigua época”( mentira nadie dijo eso), que dirigió a los soldados a su ultima batalla... Estoy seguro que la comprenderás..-quise añadir “que comprenderás que no lucharon por venganza sino por su propio futuro”, pero eso lo tenia que descubrir ella por si misma. Sonrió mientras recogió su ropa recién lavada.

Le observé mientras recogía su ropa, dándole vueltas a sus palabras que seguían sin cobrar demasiado sentido. Me levanté también y recogí mis prendas y las de mi hermano, guardándolas de nuevo cuidadosamente en la mochila que llevaba, dejando el arma enterrada entre la ropa aun caliente.
-Bueno.. gracias... cuando lo entienda iré a buscarte.-Dije, sonriente, alzando el papelito que me había entregado anteriormente.