Patrullando en el mercado negro.

Aquella mañana me tocaba a mí patrullar el mercado negro. Cuando la gente veía mi uniforme y mi Hermelizador siempre cuchiceaban, se miraban los unos a los otros y luego intentaban disimular. Sabían de sobra que por mucho que lo intentasen, cualquier mercancía ilegal iba a ser retirada, pero siempre intentaban, vanamente, escaquearse. Me fijé en uno de los puestos. Un ciudadano se encontraba negociando con el mercader, éste era de tez morena y le gritaba algo al ciudadano. Me acerqué ligeramente, sin que ellos llegasen a verme.

-¡Has roto mi mercancía, ahora tienes que pagarla! le espetó el mercader al pobre ciudadano, que apenas acababa de llegar al puesto y ni si quiera había tocado nada.

Me quede sorprendido y preguntándome a mi mismo que hecho yo ahora...
-Perdone señor no le entiendo – dije sinceramente.
-¡Ahora o te hagas el tonto!-empezó a gritar- De esta no te libras cabronazo- su mano se escondió debajo del escaparate y saco un revolver medio oxidado.
Al ver el arma me aleje con las manos en alto, lo menos que quería morir en ese mercadillo.
- EH y ahora que?! Pagame los daños sin discutir- me apunto con la pistola.

Al ver el mercader apuntando al ciudadano con un arma no lo decidí dos veces y haciendo uso de Hermelizador me impulsé hacia el agresor, desviando el brazo armado con la mano izquierda a la vez, mientras con la derecha le asestaba una palmada en el plexo solar, activando la descarga eléctrica que hizo al mercader soltar inmediatamente el arma, nada más reducirlo me coloqué rápidamente en su espalda, llevándole el brazo hacia atrás, inmovilizándolo. -Queda arrestado por amenazar a un ciudadano sin motivo aparente. ¿Está bien? pregunté al ciudadano, mientras hacía un ademán para que uno de mis compañeros se llevase al agresor.

“Que coño pasa ahora?” me pregunte a mi mismo. Su cara me era familiar, pero que es lo que debía hacer, ese pobre hombre no hizo nada, es posible que aquel hombre estaba muy desesperado.
- Es un malentendido, de verdad le debo dinero a ese hombre – me acerque y deje algunas monedas en el mostrador al lado de la caja.- Es inocente si quiere me puede arrestar a mi – dije mientras veía al indefenso hombre entre “las zarpas de la justicia”.

Hice un gesto a mi compañero, que estaba a punto de llevarse a aquel hombre en un aerodeslizador.-¿Pero qué se ha pensado usted que somos? No somos carniceros y no vamos a llevar a ese hombre a una capoladora. Hacemos respetar las normas de convivencia, velamos por la seguridad del ciudadano. Suspiré. ¿Por qué todo el mundo tenía ese pensamiento tan negativo de los Agentes de Paz? Tras unos cuantos gestos en la libreta virtual mi compañero dejó libre al mercader después de advertirle que no volviese a usar un arma sin motivo alguno. -Venga conmigo. Es posible que le arreste si no me cuenta qué problema tienen ustedes con nosotros. le dije, de broma, invitándole a que me acompañase durante la patrulla, y me contase un par de cosillas.

Asentí con la cabeza y mire de reojo al mercader que parecía aun no entender la situación y toda aquella confusión. Le acompañe al agente sintiendo un alivio de que nada malo había pasado a nadie aun...
- Perdone mis modales, me llamo Yaskier, muy bien sobre que quería hablar¿?- pregunte curiosamente ya que era escasas las ocasiones y oportunidades que tenia para hablar con los agentes de la paz.

Le miré entonces por el rabillo del ojo. Caí en la cuenta de que él era el muchacho del lago. No sabía si me había reconocido o no, supuse que si. -Bueno, soy Sigmund. Dejémonos de formalidades, no me gusta que me traten de usted... Bien, por mucho que intentemos los Agentes de Paz enterarnos de la verdadera situación del pueblo, no podemos hacerlo sino de una forma técnica y objetiva. hice una pausa para comprobar que Yaskier me seguía el hilo. -Es por eso que algunas de nuestras intervenciones sean erroneas. Necesito alguien de la ciudad, integrado con el populacho, que me comente cómo va todo, qué necesidades tiene la gente, qué quieren que hagamos por ellos miré al cielo como si la respuesta a esa pregunta me fuese a caer de las nubes, entonces volví la mirada a Yaskier, esperando impaciente su respuesta.

Sigmund como si pudiera olvidar aquel nombre. Le mire y por un momento quise decirle que también fui un funcionario de la ley como él. Di un suspiro mientras mi mente trabajaba sobre una respuesta.
-Es verdad la gente os solía respetar mas antes. Pero la proposición de ser “un topo” me desagrada un poco. Si quieres saber lo que necesita la gente solo abre tus ojos.- volví a dar otro largo suspiro no sabia exactamente que decirle.- “Veras la Ley es para los hombres y no al revés” Espero que lo entiendas. Y para mejorar vuestra relación os tenéis que socializar con ellos y no mirarles desde arriba...- se callo porque quería saber lo que opinaba él.- Permiteme preguntarte algo, como solucionarías TÚ este problema¿?

La respuesta de Yaskier quizá hubiera tenido sentido de habersela dicho al presidente de C.A.P y no a mí, puesto que yo hacía cumplir la ley, no las creaba ni aprobaba. De todos modos me quedé pensativo unos instantes, meditando la respuesta. -Habría que elegir un representante del pueblo y realizar alguna reunión para llegar a un diálogo comunicativo... pero hoy por hoy parece que las partes estan en discordia

Sonrió ligeramente al oír su respuesta. Y empezó a tatarear una canción. “Es ist nicht deine schuld, dass die Welt ist wie sie ist, es wär nur deine Schuld, wenn sie so bleibt “ - Significa que no es tu culpa que el mundo sea así pero lo sera si permites que siga así. Te contare una cosa mas, solo hay dos tipos de personas las que hablan que son muy abundantes y las que hacen cosas. Las personas que hacen cosas son las que cambian el mundo y a nosotros mismo...Que pena que los segundos no sean tan abundantes como los primeros.

-Tú podrías ser como los segundos, en cambio prefieres seguir siendo el primer tipo de personas. Afirmé. Y era verdad, Yaskier parecía un sacerdote dando el sermón, pero él no practicaba lo que decía. -Como flores hermosas, con color, pero sin aroma, son las dulces palabras para el que no obra de acuerdo con ellas. ¿Estás seguro que no quieres colaborar conmigo? pregunté nuevamente. Lo que le pedía no era que fuese exáctamente un "topo", simplemente un informador de la situación, no necesitaba nombres, ni palabras concretas. -No necesito que me digas nombres, ni dónde está la base rebelde, ni quién es su líder... sólo necesito que me digas qué necesita la gente. Eso no es ser un "topo".

Le sorprendió la agudeza intelectual del chico.
-Tienes razón, antes era del segundo tipo, pero “eligi” convertirme en primer tipo. Los que cambian el mundo son llamados “revolucionarios” o “perros de la justicia”... Si eres un perro de la justicia debes guiarla porque tu ama es ciega y se tropezara con todo.- dijo metafóricamente, refiriéndose a la ciega figura de la justicia y acordándose de la función de los perros guiás que usaban los ciegos en el pasado.
- Quieres que te dé información y yo te ofrezco verlo con tus propios ojos. Guarda el uniforme y la placa. Convive con ellos durante una o dos semana, habla, relacionate con la gente. Esfuérzate en entenderlos... No sigas el camino de los demás porque no te llevara lejos, sigue el tuyo. Es todo lo que te puedo ofrecer como un filosofo hipócrita.- dijo irónicamente, esperando la respuesta del joven agente a sus vaciás palabras, que cobrarían sentido algún día.

Medité seriamente las palabras de Yaskier. Aquello que decía sin duda era una idea ingeniosa, pero muy peligrosa. Ir de incógnito suponía abandonar prácticamente mis armas. O almenos las más visibles. Pero estaba dispuesto a arriesgarme con tal de quitar la negra venda que aparentemente llevaba la "justicia". -Sabes, quizá tengas razón. Voy a hacerlo. Pero aunque vaya con las mejores intenciones, si descubren mi condición de Agente de Paz intentarán matarme. hice una pausa antes de continuar de modo que me tendrás que acompañar. Supe que su reacción sería un no rotundo, seguido de una frase filosóficamente hueca. -Sabes, soy un virtuso de la tecnología. Estoy seguro de que hay algo, que podría recompensarte.

-Ah ah ahh...- hizo una pausa y se quedo pensativo.- Así que ahora seré tu “guarda espaldas”- dijo en un tono burlón.- Acepto tu propuesta, pero no quiero nada a cambio. No me sentiría bien si pensaras que hago esto por dinero.

-No, guardaespaldas no. Más bien guía turístico. dije entre risas. Porque podía defenderme a mí mismo, no era Agente de Paz por capricho. Metí la mano en uno de los compartimentos de mi traje y saqué una especie de anillo. Se lo ofrecí a Yaskier. -Sapellux, invención mía, es un anillo que analiza la composición de las sustancias y matriales a través de su banda naranja láser. era una buena herramienta, un poco inútil para la vida cotidiana pero quien sabe, puede que Yaskier le encontrase alguna utilidad.

Spoiler:

-Gracias- acepto el regalo algo confuso. Metió su mano a su bolsillo y saco un chicle de menta. Sonrió amablemente con cara de tonto[<--cara del avatar] y le ofreció el chicle.
-Es un chicle normal y corriente, tiene sabor a menta y bueno no se que mas decir sobre ello.- dijo con un tono medio serio.

Le miré totalmente confuso. -¿Qué es un chicle? ¿Es algo de la Era Antigua? dejé de prestarle atención al cichle e hice un gesto a Yaskier para que me esperase ahí. Me acerqué hasta uno de los puestos de mercado en el que estaba un compañero mío. Me perdí entre la multitud.

Un tiempo después volví hasta Yaskier. Ahora llevaba una ropa bastante humilde, común y corriente. Nada más llevaba mi escudo antivectores y mis guantes electrolíticos, un equipamento totalmente discreto e indispensable. -Ya estamos listos para la operación integración social. ¿Dónde deberíamos ir primero? dije sonriente, como si fuese un juego de disfraces.

Hice un “plam face” al oír su pregunta sobre el chicle.
Me sorprendí al verlo en su traje nuevo. Jugué con el anillo en mi dedo y le dije.
-Hmm en Lexar, el puerto. Seguramente hay muchas personas. Podrás ver como se divierten viendo a los participantes de las carreras..etc. Etc.

-No seas estúpido. Ahí no voy a ver nada. Vamonos a dar una vuelta por las calles de Rumbelt, sígueme le dije, y remontamos en vuelo en dirección a Rumbelt.




PD: Continuamos aquí