En el gimnasio

Después de dar una larga ronda por el recinto de la C.A.P y comprobar que todo se encontraba en orden, terminó mi turno de ese día, siempre antes de irme a casa me gusta entrenar un poco y ese día lo necesitaba más que nunca ya que me encontraba especialmente nervioso, utilizaba el deporte para desahogarme. Así que me dirigí hacia el gimnasio pero pasando antes por mi taquilla para cambiarme de ropa ya que llevaba el uniforme oficial. Tras haberme cambiado me desplacé al gimnasio. Observé el habitáculo, me dirigí directamente a la banca romana para hacer abdominales, el sitio era enorme ya que en cada una de las paredes había un gran espejo, en la parte de atrás se encontraban las distintas máquinas de hacer pesas, en la derecha había barras para realizar las dominadas y abdominales puros, en la parte delantera estaban las bancas romanas y las banquetas para hacer pesas donde también se encontraban las estanterías de pesas que portaban gran variedad de discos de pesas con distintos kilos. En la parte izquierda había un gran espacio donde se encontraban los sacos y un pequeño ring para entrenar el boxeo en la parte posterior aún quedaba espacio para un tatami y entrenar artes marciales.
Yo colgué la toalla en un aparato, que anteriormente había cogido de mi taquilla, y me puse a hacer abdominales en el aparato correspondiente.

Irrumpí bruscamente en el gimnasio, con el Antidisturbios de masas en mano, un gabuo revolotéo sobre mí y después empezó a buscar una salida en el recinto, sorteando barrotes, máquinas de ejercicio y todo tipo de obstáculos. -¡¡No te escaparás maldito ladrón!!! grité mientras disparaba repetidas veces en dirección al animal, los disparos acertaron en el lugar donde un segundo antes se encontraba el gabuo, en apenas unos instantes la mitad de la estancia se llenó de una masa blanca que se expandía engullendo todo el mobiliario. Mediante un impulso del Hermelizador me deslicé sobre el aire ágilmente, en pos del gabuo que eludía con sorprendente agilidad todos mis tiros. Fue entonces cuando le tenía a tiro, cuando al disparar, el osado animal cambio de dirección y el disparo dio de lleno contra alguien que se encontraba en una máquina. Sin detenerme a ver quién era o qué mal había ocasionado di una vuelta sobre mis talones y realicé por fin un disparo certero, que acabo por engullir al gabuo escurridizo en una enorme bola amorfa de densa masa blanca. Me giré entonces y volví a disparar hacia el pobre hombre al que había disparado por error, pues otro disparo del A.M deshacía el aparatoso compuesto. En apenas unos instantes el hombre se vio liberado de la indefinida masa blanca. -Puede parecer irreal pero este gabuo había robado unos archivos secretos de la base de datos de la central... me disculpé, mientras desviaba la mirada para comprobar que el animal seguía atrapado en la masa. -Además, está mutado con otro animal, un colibrí quizá, y detenerlo me ha costado el aliento... tengo que hacerme con otra arma dije, contemplando el caos que había montado en la sala.

Estaba tranquilamente haciendo abdominales cuando de pronto oigo un ruido que se va acercando cada vez más, al instante veo a un chico disparando una masa blanca sin ton ni son, al aire, de pronto veo su objetivo, era una especie de pájaro. Esa escena estaba dejándome perplejo, esa falta de disciplina….y el establecimiento, se llenó del mejunje blanco. De pronto uno de esos disparos me alcanzó y me paralizó por unos instantes, prácticamente todo estaba cubierto por una masa viscosa.

Al rato me recuperé, pero esto no iba a quedar así, -¡Firme! ¡Preséntese!- le dije de un grito al individuo, este dio un pequeño respingo. –Lo que ha hecho es una irresponsabilidad enorme- Me senté en un aparato para beber un poco de líquido isotónico. Con una voz prepotente le dije: –Usted no comprende la gravedad del asunto, es un maldito inconsciente, tiene una gran falta de disciplina que yo se la voy a enseñar, a la fuerza si hace falta. No puedo permitir más fallos como este de uno de mis hombres y que arruinen el prestigio de los Agentes de la Paz, así que le pondré un castigo, 1º Devuélvame todas sus armas con las que pueda disparar, se quedará sin ellas el periodo que dure el entrenamiento 2º Realizará un entrenamiento físico y de tiro durante una semana, hecho y supervisado por mi, y por último, estará con migo en cada uno de mis turnos, aunque no le toque trabajar, contando también con las guardias. Me hará un informe muy detallado(a mano) de cada una de las armas que usted porta y también una clasificación completa de sus municiones-
-Por si no le ha quedado lo suficientemente claro, anormal de carrito, el entrenamiento empieza mañana, y ya puede empezar a entregarme sus armas. ¡Retírese!- Le dije con un tono elevado. –Ese chaval a empezado mal a conocerme- Dije en un tono bajo moviendo a los lados la cabeza, acto seguido cambié de aparato y empecé a hacer pesas.

Solté una ruidosa carcajada al escuchar. -¿Pero qué te has creido, cabo de tres al cuarto? Ni si quiera eres de un rango superior. Aquel energúmeno me estaba empezando a enervar. Le di la espalda, dirigiendome hacia el animal atrapado. Introducí la mano en la masa y de ella extraje algo que el gabuo tenía aferrado bajo sus garras. Se trataba de una cajita negra rectangular. -Si su nivel de incultura no rayase la estupidez, sabría de sobra que estos animales, gabuos comunes, son entrenados por los rebeldes para que se cuelen por los conductos de aire y nos roben bases de datos, archivos u otro tipo de fuente de información. Enrollé unas cuantas barritas de forma poligonal entre ellas para que la masa obtuviera una forma definida, de este modo pude coger al gabuo atrapado sin que la masa se desparramara por todo. -Ahora si me disculpa, tengo que informar de que acabo de evitar que los rebeldes nos arrebatasen una base de datos confidenciales Dije, y tras ello me dirigí hacia la puerta y salí del gimnasio. De veras me daba ganas de estrangular a ese energúmeno y sus aires de superioridad.

Mientras me decía una retahíla de estupideces, yo me reía a carcajada limpia, pero había que cortarle porque se crecía y no puedo consentir que me hable así un soldado de rango inferior y finalmente le dije: -Perdona pero quien no sabe con quien estas tratando eres tú, y cuida con tus modales soldadita. En vez de llorar como una niña empieza por acatar mis órdenes y luego veré lo que hago con tigo, soldado de tres al cuarto, por cierto ya me encargaré yo de hacer llegar lo que le has quitado al pajarito ese- Se creía alguien y todo el mozo, soldados ilusos, ya no les enseñan a acatar las órdenes como antes en la vieja escuela, pues habrá que hacerles entrar en razón.

El director de CAP entró en el gimnasio a paso rápido. AL ver el
desastroso estado de las instalaciones del centro miró a su alrededor,
buscando al responsable de aquella salvajada.
-¿Quien ha hecho esto señores?-Dijo con voz exigente. AL ver a un soldado con un cargo superior al del resto se dirigió a él.
-¿Que a ocurrido?-Exclamó con el mismo tono exigente y severo.

Ese soldado se estaba pasando de listo, pero cuando miré por la ventana y vi que se acercaba uno de mis superiores, esbocé una ligera sonrisa, ese chico aprendería como se debe tratar a un superior, al entrar rápidamente nos preguntó: -¿Quien ha hecho esto señores? El director de la CAP se dirigió a mí para pedirme explicaciones ya que era el único superior por debajo de él, y me dijo: -¿Que ha ocurrido?
Yo serio, al formularme esa pregunta me presente debidamente: me puse firme y con la mano derecha la elevé hasta mi frente y la bajé. -Señor yo estaba haciendo abdominales cuando de pronto entró el soldado Froid disparando a un pájaro que tenía en sus garras unos documento oficiales, uno de esos disparos me alcanzó y me paralizó durante unos instantes, al final consiguió cazarlo. Le impuse un castigo por lo que ha hecho, para que aprendiera a manejar debidamente las armas, pero a este soldado no le han enseñado modales y a parte de darme la espalda como si no fuera nadie y me faltó el respeto. Eso es todo señor, espero que ponga las medidas que sean necesarias-

Dirigí mi mirada al que debia ser el soldado Froid. Alargué la mano.
-Deme los datos-Exigí.- Y va ha limpiar todo el detrozo que ha armado suted aqui. Esto es eñ CAP no unos recreativos ni cualquier lugar donde este autorizado a disparar, ¿entendido? Y si vuelvo a saber de que arma problemas o le falta el respeto a sus superiores las consecuencias se van a ver en su expediente! La proxima vez que quiera recuperar algo hagalo de forma civilizada.
Dije, dando por terminado el asunto.

FDR: ¿Cómo coño sabe mi nombre si en ningun momento me he presentado? En fin cerrad tema.

fdr: oks