Residencia de Sigmund Froid

La casa del Agente de Paz Sigmund Froid se encuentra alejada del resto. Se trata de una cara construcción en una montaña erosionada, un geólogo le dijo que aquella montaña medía más de 2000 metros de altitud, pero debido a las guerras y los constantes agentes erosionadores había reducido su tamaño enormemente, hasta prácticamente la altura de una meseta. La casa tiene un diseño de arcos y lineas rectas, formando grandes ventanales triangulares de cristal a prueba de vectores. La construcción consta de planta base, dos plantas superiores y una planta subterránea. Es una casa idónea para la tranquilidad, puesto que se camufla con la roca. La entrada está en la cima, en la que hay una apertura de tres metros de ancho por la cual se puede descender hacia el interior de la vivienda, no obstante antes hay que desactivar el sistema de seguridad.

Spoiler:

El taxi nos dejó en la dirección que le había dado. Estabamos en mitad del semi-desierto interior de Dixor. Tras pagarle, nos situamos delante de mi enorme casa. Lydicé parecía abrumada por el asombro. -Bien, aquí vivo. Pero espero que mantengas mi dirección en el anonimato. Le dije sonriendo.

- Va-va-vale.....- Dije yo flipando. ¿Dixor? Me acababa de llevar en un momentito a Dixor? Si Ithia estaba en el continente este....además...menuda casa...madre mia la de dinero que debía de tener este chavál para tener una casa asi...- Una preguntita.....¿como voy a volver a Kalafín? - Pregunté yo mientras notaba como mi cuerpo comenzaba a sentir un calor al que no estaba a costumbrada. Dixor, clima desertico...madre ma..- Pensaba que vivias en mi ciudad

-¿Volver? Eso es lo de menos, por ahora entremos... veamos, hay varias formas de hacerlo. Nos colocamos frente a una maziza puerta que se antojaba inmovible. Puse la palma de mi mano (habiéndome quitado el guante) sobre un rectángulo que sobresalía ligeramente como un relieve. Un ligero "clac" se escuchó y bajo nuestros pies se abrió una trampilla por la cual nos fuimos deslizando a través de un gran tubo que describía recorridos curvos hasta que tras ser engullidos por la luz del final del trayecto salimos escupidos hacia el interior de una estancia muy grande, aterrizamos en unos puffs de tamaño familiar. Yo me reía a carcajadas aunque Lydicé parecía más bien algo descolocada. -Wooh me encanta el arquitecto de esta casa. ¡Hacía tanto tiempo que no entraba por aquí! Me olví hacia ella, sonriente, desde que me había convertido en Agente de Paz no tenía amigos, ni gente que poder invitar a casa... -Sabes, eres la primera persona que traigo a casa... ser Agente de Paz podrá darte muchas riquezas, pero te quita otras cosas

- Po-podríamos haver entrado de otra manera....- Dije yo un tanto deshorientada mientras me levantaba de puff con las piernas temblorosas....aquel chico tenía una casa tan rara/grande/impresiónante que me dejaba sin palabras. Le miré mientras sonreía, parecía contento de tener a alguien al que llevara su casa, aunque fuera una complet desconocida y ayudante de rebeldes (eso ultimo el no lo sabía, y esperaba que no lo descubriera nunca)- ¿En serio? ¿no a entrado nadie? pues la casa es impresionante ¿acaso no tienes amigos entre los agentes de la paz?

Miré hacia el techo, metros y metros arriba. -Si bueno, tengo buenos compañeros pero tienen vidas ajetreadas... intenté forzar la memoria, aunque cuando lo intentaba sólo me encontraba con un gran vacio. -Supongo que antes... vivia en otro continente. desvié la mirada hacia sus ojos. Entonces di varias palmadas y acudió hacia nosotros un minirobot que no medía más de medio metro.

Spoiler:

-¿Qué quieres Sig?
-Traenos dos daiquiris de fruta.
-¿Algo más? Porque no pienso hacer 40000 viajes.
-Estás todo el día en el enchufe, no te quejes.
-Es tu culpa, no haberme programado así.

El mini robot dio media vuelta y se marchó. Era divertido programar a los robot domésticos de esa forma, pues no me gustaban los formalismos en casa. El salón constaba de varios puff para amortiguar la caida del tubo, unos sofás clásicos de color azul claro con forma de U que estaban enfocados a un gran núcleo flotante de una materia de color negro, era aparato refrigerador y calentador a la vez. Aunque ahora estaba apagado, hacía una temperatura agradable, ligeramente fresquita. Además de estos muebles, había tambien cerca de las paredes estanterías, con un monton de libros virtuales (en láminas de estas flexibles). Las baldosas eran de un color azul nube, y las paredes de un color azur. La gamma de colores azules daba la sensación de amplitud y relajación. -¿Has probado alguna vez un daiquiri?

- ¿Daiquiri? ni si quiera se que es eso - Dije yo encogiéndome de hombros. Todo en aquella casa me resultaba curioso, teniendo en cuenta que mi familia contaba como una de las mas ricas de nuestra zona, y en comparación con esto eramos una ratas callejeras, menuda pasta devían ganar estos tios, era normal que les pagaran tanto, un trabajo que te transforma en objeto de odio y burlas tiene que estar bien compesado. Me dejé caer en el puff mientras seguía mirando la casa como atontada, es que era taan....impresionante.
- Devo de parecer tonta mirando todo esto.. ¿eso son libros? - Pregunté señalando a la estantería. Me levanté y agarré uno sin pedir permiso. Lo miré detenidamente - Vayaa... ¿y todo esto para libros? en casa solo tenemos uno para las cuentas de la botica...bueno
Que distinta era mi vida a como era la suya

Me levanté y caminé hasra estar a su lado. -Si, aqui donde me ves como un joven perro del gobierno, soy técnico en tecnología biogenética, pero es un secreto, ni si quiera el gobierno sabe que tengo esos conocimientos terminé de decir, haciendo el gesto de la cremallera en la boca. Sabía que revelar secretos a una persona creaba lazos personales. -Llevo tiempo investigando algo muy... especial, pero eso es un secreto le dije, guiñándole un ojo. Por fin llegó el minirobot con una copa en cada mano, tomamos una cada uno. El vaso tenía una rodaja de limón en el canto, rebosaba un líquido rojo, que emitía un aroma frutal dulce. Tomé un sorbo, su textura era similar a la de un granizado, pero con un intenso sabor a fresa y con un fondo de ron. -Pruébalo, estoy seguro de que te encanta el minirobot volvió a marcharse.





off: joder se me hace la boca agua xDD

Agarré la copa mirandola fijamente. Cuanta finura, no estaba acostumbrada. Asi que era tecnico en bio no se que y encima era secreto.
- ¿Y por que me cuentas todo esto? - Dije mientras olisqueaba la bebida, olía realmente bien - ¿No es un secreto? si se enteraran te meterías en un lio.....
Por no decír de que si los rebeldes se enteraran de donde vive un agente de la paz, vendrían a arrasar con lo que pllaran. Por mucho que no me gustaran los agentes de paz tenía que guardarle el secreto, estaba siendo demasiado amable conmigo como para dalr tal puñalada trapera. - ¿Que es algo muy especial? - Pregunté curiosa mientras dejaba el libro en su sitio y le daba un sorbo al daiquiri - ¡Ala! ¡esto si que esta rico!

Miré el fondo de mi vaso, que ya casi estaba vacio, ¡dios mio que rico estaba! -Te lo cuento porque sé que no me vas a defraudar... ambos sabemos cosas del otro, aunque tu no me hayas contado nada acabé con el último trago de daiquiri, que pena, ya se había acabado. Deje el vaso en el suelo, poco tiempo después pasaría un domo-robot a recogerlo. -Mi investigación es secreta todavía... pero no quiero aburrirte con cosas raras, cuéntame cosas sobre ti. O mejor todavía... ¿Qué te parece si hacemos un juego de adivinación? le pregunté, con entusiasmo.

¿Sabia cosas de mi? ¿Que sabía exactamentede mi? aquellas palabras me escamaban, pero bueno, tampoco podía pedirle que me lo dijera, seguramente se negaría
- ¿Un juego de adivinación? - Pregunté yo mientras me terminaba la copa y la dejaba al lado de la suya teniendo cuidado de no romperla o de no pisarla otra. - ¿Como va eso?

Sonreí al escuchar su indirecta aceptación. Estando ambos levantados, la tomé de la muñeca como si fuese a tomarle el pulso y la alcé a media altura, nos separaban unos treinta centímetros. -Es sencillo, aunque las personas somos capaces de mentir, hay una parte de nuestro cerebro, el cerebro de lagarto, que no podemos evitar que se manifieste. En algunos casos es difícil hacer que se manifieste, pero lo voy a intentar. me detuve unos instantes, antes de continuar. -Tan sólo tendrás que escucharme. ¿Empezamos?

- Va-vale...- Dije sin comprender muy bien sus palabras. Solo con escuchar cerebro de lagarto me había imaginado un cerebro con cola de lagarto -w-U cosa que no tenía muy buen aspecto

Off:

me había imaginado un cerebro con cola de lagarto -w-U cosa que no tenía muy buen aspecto

jajaja que bueno xDD


Nos mirábamos muy fijamente a los ojos, se apreciaba que ella estaba un poco inquieta. -Vives felizmente con tus padres. Tienes una casa humilde aunque te consideras de espíritu noble, odias la injusticia y eso es algo que seguramente te lleve a hacer cosas que temes que otras personas descubran observaba en todo momento todos sus movimientos de lagarto. Su pulso, su mirada, su tensión...





Off: tienes que rolear si te pones nerviosa, si intentas desviar la mirada, si te muerdes el labio... etc

off: ook
Le miré fijamente, al igual que el hacía conmigo. Entonces comenzó a hablar
-Vives felizmente con tus padres. - Cuentame algo que ya no sepa, pensé tranquilamente, ademas, juraría que ya le había dicho eso antes de llegar a la casa- Tienes una casa humilde aunque te consideras de espíritu noble, odias la injusticia y eso es algo que seguramente te lleve a hacer cosas que temes que otras personas descubran</FONT>
Le miré con la boca abierta y con cara de asombro.....¿como había descubierto todo aquello? Miré hacía otro lado y gimoteé un poco
- ;__; joo, eso no vale ¿como has hecho eso?

Chasqueé los dedos con la otra mano para que volviese a mirarme a los ojos. Sus pulsaciones habían aumentado, y desviar la mirada suponía que decía la verdad. -Iré más lejos dije, manteniendo el intenso contacto visual. -Tu familia también está involucrada en aquello que escondes... no, en aquello que ME escondes. Me detuve brevemente antes de proseguir. -¿Por qué me lo escondes? pregunté retóricamente. Déjame que tu cerebro de lagarto me muestre la verdad, pensé. -Se trata de mi condición de Agente de Paz. decidí ir todavía más hondo. -¿Qué temes que pueda hacer al enterarme?... -Ilegalidad... contrabando...rebeldía quizá me había excedido al profundizar, pero necesitaba saber la verdad... esperé para examinar su respuesta corporal.

Di un leve respingo cuando dije aquella ultima palabra. ¡Lydicé idiota!! Que esta volviendo a tomar el pelo
- Quiero irme a mi casa - Fue lo primero que se me ocurrío decir mientras le daba la espalda en busca de una salida. Estaba como un pequeño ratoncito a manos de un gran y astuto gato. ¡Como me había dejado cazar de manera tan tonta! Sigmund no había hecho mas que tomarme el pelo una y otra vez para sacarme la verdad. Vestidos bonitos, zapatitos, bebidas, juegecitos.... ¡Y yo picando como una tonta! Estando aqui solo podia en riesgo todo aquello que amaba, mi familia, mis amigos. Tenía que irme de allí antes de perderlos a todos. - Llevame a Kalafin
Sentencié en una clara orden, aunque no tubiera derecho alguno para darla

Una indignación manchada de impotencia me me invadió. -Sabes que pude arrestarte, ir a tu casa y desmantelar este absurdo misterio, y en cambio no lo hice. ¿Qué prueba más necesitas para darte cuenta de que estoy intentando ayudarte? Le pregunté, permaneciendo allí, de pie, cabizbajo. -¡No soy una marioneta del gobierno maldita sea! terminé gritando, sentándome en el sofá bruscamente. -Si realmente quieres irte, sigue por el pasillo que tienes delante y giras a la derecha entraras en el garaje, allí habrá un aerodeslizador automático, funciona con la voz, no tendrás problemas en marcharte. Repuse, con una voz sinceramente indignada.

¿Que tal dejarme de analizar? eso estaría muy bien por tu parte.
Quizás yo tambien me había pasado un poco, pero....tampoco hacía falta que me gritara.
- ¿De que ayuda me sirve que intentes adivinar algo que no quiero contarte? - Susurré muy bajito, no sabía si el lo había escuchado o no, me di la vuelta y le miré mientras las lagrimas recorrían mis mejillas. Odiaba ser de lagrima facil. - ¡No tenías que chillarme! A-ademas....yo no se manejar un aerodeslizador....y-y.....
Dije mientras me temblaba la voz y mi pecho se conbulsionaba un poco por culpa del llanto. Yo no quería que se pusiera asi conmigo...solo protegía aquello que me importaba.


Off: xD La niña es de lagrimita facil

Me levanté del sofá y caminé hasta ella, abrazándola, meciendo su cabeza en mi pecho. -Está bien... le susurré al oido, mientras atusaba suavemente su pelo. No quería verla llorar. -Si no quieres estar más aqui puedo llevarte a tu casa... no voy a entrar, tranquila.

Me dejé abrazar intentando controlar el llanto mientras apoyaba las manos en su pecho. Debía de ser un poco humillante llorar por aquello, y encima el me abrazaba...
Era curioso que un agente de paz (a los que supuestamente le tenía fobia) me estubiera abrazando, yo pensaba que eran mas bien...machotes y que se hacían los duros, o al menos eso aparentaban cuando iban de uniforme.
- N-no...- gimoteé mientras negaba con la cabeza, humedeciendo su ropa con las lagrimas. - P-pero no me preguntes mas....por favor..no entiendo por que quieres saberlo

Continué abrazándola, aspiré el aroma de su pelo, usaba un champú multifrutas. Volví a la realidad y caí en la cuenta de que la había conocido hace apenas unas horas, me separé un poco de ella suavemente. -Está bien no te preguntaré más... ¿Qué tal si intentas tú el juego de adivinación conmigo? ¿O te apetece hacerme otra cosa? dije lo último con una sonrisa, codeándola. -Era broma, para romper el hielo y eso.

Le miré extrañada mientras me limpiaba las lagrimillas que habían quedado en las mejillas. No había entendido eso ultimo que había dicho.....bah, mejor no darle vueltas.
- Yo no se hacer eso de la adivinación...- Le dijé mirando al suelo

La tomé de la mano y se la coloqué en mi muñeta tal y como había hecho yo. -¿Por qué no lo inentas? Con esa actitud no vas a salvar al mundo le dije, con un guiño y una amplia sonrisa. Su compañía me provocaba una felicidad cálida y tranquila, quería que se quedase conmigo más, mucho más.

- ;__; pe-pero es que tu eres un agente de paz...a ti te entrenan para hacer cosas como estas, yo como mucho te identifico cuatro plantitas ...- Dije yo mientras le agarraba por la muñeca sin entender muy bien para que servía aquello en el juego. - ;__; ademas no sabría que preguntarte